¿Acidez? quizá te falte ácido en realidad. Trátalo con vinagre de sidra de manzana
Lo que muchas personas interpretan como acidez, en realidad se puede explicar como un déficit de ácido en el estómago, una afección muy común llamada hipoclorhidria.
En nuestro cuerpo necesitamos de un pH que tienda a la alcalinidad para mantener una buena salud, pero en la zona del estómago sí es fundamental que sea bien ácido, con el fin de descomponer adecuadamente los alimentos. Cuando no es así, nos encontramos con que comienzan a fermentar antes de tiempo y a generar molestias relacionadas al reflujo.
Cuando estos cuadros de acidez se mantienen en el tiempo se le conoce como reflujo, que es cuando la válvula que hace pasar los alimentos masticados, el esfínter esofágico interior, se mantiene abierta haciendo que los ácidos del estómago se devuelvan al esófago.
Una mala alimentación, sobre todo por el exceso de carbohidratos refinados (azúcar blanca, harinas blancas, bebidas azucaradas, entre otras). y el abuso de los antiácidos, hacen que no se consigan niveles óptimos de acidez en el tiempo.
Sin embargo, cuando consumimos vinagre de sidra de manzana le aportamos una acidez natural a nuestro organismo. Esto porque este alimento es el resultado de la transformación del alcohol de la manzana fermentada, mediante la adición de bacterias y levaduras, en ácido acético, que tiene efecto antimicrobiano y que ha demostrado tener diversos beneficios para la salud.
Además contiene probióticos, o bacterias beneficiosas, que también mejoran la digestión a través de equilibrar la microbiota, que es un universo de microorganismos que tenemos en todo nuestro cuerpo, pero sobre todo en el intestino. También es rico en enzimas que ayudan a digerir mejor los alimentos.
Mucha gente ya está utilizando además este alimento para controlar sus niveles de azúcar en sangre (glicemia), para quemar grasa, reforzar su sistema inmune, regular la presión sanguínea, entre otros beneficios.
Te recomiendo incorporar vinagre de sidra de manzana, mezclando (10 ml) en un vaso de agua de 250 ml en ayunas, o bien agregarlo directamente sobre comidas y ensaladas.
Anda viendo cómo te va resultando. No te recomiendo que lo hagas si tienes inflamación en el esófago, esofagitis, porque podría empeorar esa condición. Recuerda que siempre deberás consumirlo diluido.